domingo, 31 de enero de 2010

El Cante Flamenco es Arte y Cultura


D. Diego de Almagro


El Cante Flamenco es Arte y Cultura
La Unión con su historia, por la que destacan su tradición y su historia, y su número de Galas por su personalidad y por sus cosas especiales que nunca faltan. Dando buenos ambientes y buenos negocios, dando a conocer su Festival Internacional del cante de las Minas en sus bodas de Oro, en sus principios este Festival se mantenía muy bien, pero al conseguir la Internacionalidad, todos los proyectos se quedan pequeños, porque todos y digo todos, se piensan que este Festival es la gallina de los huevos de Oro, pues no más allá de la realidad, ¡pero sí celebramos las bodas de Oro! Y como se celebran en el mes de agosto, todos los actuantes, creen que estamos siempre en temporada alta como se diría en la hostelería, cuando te decides hacer el programa del Festival y piensas en este Cantaor o en aquel otro, todos los precios se disparan, y hay que pensar que el pueblo español está en sus horas más bajas desde hace ya algún tiempo. En tiempos de crisis. Y no podemos tirar la casa por la ventana, la fiesta está para gozar y no para sufrir y menos para tomar berrinches con nadie por un espectáculo más o menos. Definitivamente, un chollo. A mí que me gusta la justicia por encima de todas las cosas y me encantan los espectáculos buenos, serios y con mucho tronío. Y ver la gente feliz que vienen a La Unión a ver a sus ídolos, que son los que llenan la Catedral del Cante con la premisa de que algunos día se pone el cartel de no hay billetes.
Este arte y digo Arte, tiene poco que ver con las florituras y mucho con la verdad y la belleza sin ningún engaño. Este no es un encuentro con la muerte como se diría en el argot taurino, esto es una cosa que se lleva dentro o no se lleva. Otra razón también importante en los cantaores que los humaniza es la fuerte emoción, que es necesaria en el cante, cuando intentan crear la belleza, unida estrechamente con el riesgo que eso conlleva. Ahí como en otros campos humanos, la estética va unida con la ética. Una sin la otra andan cojas las dos. La belleza de un cante y el buen hacer casan muy bien. Sin el sentimiento de belleza y el riesgo, que acompaña todo el proceso en la ejecución, el cantaor no sería nada, ni para el que lo hace, ni para el público que lo escucha. Esto es lo importante: que la intima emoción que traspase el juego de la interpretación: que el cantaor cuando termine su actuación, se le salten las lagrimas o tenga esa sonrisa de beatitud, de plenitud espiritual que el hombre siente cada vez que termina el ejercicio de su arte, que le hace sentir el aletazo de la divinidad.
Autor: Rufo Martínez Cobacho

martes, 19 de enero de 2010

Con Motivo del Homenage al Cantaor Unionense PENCHO CROS En el Casino de Cartagena




Queridos amigos/as del flamenco, nos encontramos en esta aula de flamenco del Casino de Cartagena, vengo de la olvidada cuenca minera de Cartagena La Unión, donde ya no se cantan “Tarantas” en el fondo de la mina. Aunque el cante minero tiene alma, en la voz de Pencho Cros.
Me alegro de tener esta oportunidad de contribuir en este momento, tan especial, en esta celebración, en este homenaje, a este ilustre cantaor unionense como fue Pencho cros. Estos días me he debatido entre el entusiasmo y el gozo que la figura de nuestro querido y admirado Pencho Cros, me ha inspirado siempre.
Hoy también quiero recordar en este momento de recuerdos y homenajes a otra persona de La Unión que hace muy poco tiempo también nos ha dejado para siempre, me estoy refiriendo a nuestro querido y admirado Asensio Sáez García, Hijo predilecto de La Unión. Maestro, Pintor, y Escritor de varios libros que nos transportan a los más íntimos recuerdos de nuestro pueblo minero de La Unión. Cronista oficial de la ciudad y columnista en varios diarios.
Hay un Pencho Cros extraído de sus circunstancias personales, reducido según sus detractores, a unos cuantos cantes mineros por cierto muy admirables, que es el Pencho Cros de mi juventud. Quiero anunciar a los cuatro vientos, que fui y seguiré siendo un amigo fiel a mi gran amigo Pencho Cros, un amigo con categoría de hermano, sí, como mi hermano mayor. Un nombre hecho a golpe de marro y pico en las minas de La Unión, y en los Buques Mercantes, en la dársena de Escombreras, en la división marítima de Repsol Petróleo, gracias a su acomodo en un trabajo fijo le privó de ser artista de vocación, a un hombre que quiso ser artista para no madrugar por la mañana, un cantaor con categoría de Mito, un cantaor que gustaba de cantar para sí mismo. Una gran persona que nunca dejó de hacer lo que más le gustaba que era cantar.
Pencho Cros es el último minero cantaor, hijo y nieto de aquellos mineros, partidarios de esta sierra, donde buscaban el mineral en cualquier parte de nuestra sierra minera de Cartagena-La Unión. Un cantaor que no se sabe de quién es discípulo, pero que ha creado escuela en los cantes mineros de esta sierra minera de Cartagena-La Unión, esta es una de las letras de cante por mineras, y ha sido premiada en diversas ocasiones.

Soy un pobre minero
Que va en busca del trabajo
No quiero ser jornalero
Tengo que encontrar un tajo
A ver si gano dinero.

La Minera de Pencho Cros es como sentirse roto por dentro y por fuera, esa bravura seductora de aquellos hombres que forjaron un cante libre para ser menos esclavos. De la garganta portentosa de Pencho Cros, brotan los cantes mineros que son todo un paisaje. El arte de Pencho cros es un estremecimiento interior, un quejio, ese rajo minero hecho cante, un cante unas veces desesperado y otras veces festivo y amoroso. Muchas noches hemos ido buscando el último “Garito” donde poder tomar la última copa de la noche, y poder encontrar a quien quisiera escuchar cante flamenco, y como no, el cante minero en sus denudas verdades.

Se oye un grito en el rundió
Que me hiela el corazón
Dios mío ten compasión
Que un barreno me a crujió
Y no tengo salvación.
“Minera”
Letra de Basilio Martínez Vera.
De Pencho Cros se han dicho muchas cosas, casi todas buenas pero quizás todas se hayan quedado cortas, probablemente la más definitoria y ajustada es la que le contempla como la voz minera de La Unión. Pencho Cros, es cantaor eso está claro, y cantaor genial y ya cantaor con categoría de Mito, pero no es solo eso, sino mucho más: es la voz de la mina que grita, de la mina que canta. Pencho Cros, su voz la voz cantaora de la sierra, es punto de referencia insoslayable para quienes quieran aprender, como asido y como sigue siendo el cante Minero en sus desnudas verdades, en toda su sencillez y por lo mismo en toda su grandeza, estos rasgos trazados a vuelapluma. Enmarcan una personalidad a la vez singularísima y compleja que hacen de Pencho Cros. Evidente excepción a la regla, según la cual el Cante Flamenco es creación de profesionales, pero el talante de Pencho Cros, es polo opuesto a la del cantaor profesional. Y no precisamente porque el cante no fuera su medio de vida, siendo cantaor y siendo artista, artista hasta los tuétanos.
Para Pencho cros siempre han estado demás los escenarios, el tablao, o todo aquello que oliese a programación del rito flamenco. Nunca Pencho Cros, ha cantado a troche ni moche, justamente porque ante todo, gustaba de cantar para sí, jamás se ha prestado a cantar para cualquiera, o en cualquier lugar, o por cualquier motivo, ni tampoco a una hora cualquiera.
Pencho Cros solo ha cantado, cuando a él le ha dado la “Real Gana”, mejor dicho cuando a su “Real Gana”, se le juntado la “Real Gana” del duende, que como es sabido, el duende no se trata con todos. Las tres de la madruga campanean en el Rosario, venga el quiera escuchar que su copla más cabal, Pencho Cros está cantando.

Vi un minero en la cantina,
Con muchos conocimientos
El que trabaja en la mina
Conoce el mundo por dentro
Y lo demás lo adivina.
“Minera”

Pencho Cros, lo ha tenido todo en vida, homenajes, calle con su nombre, hijo predilecto de la Ciudad de La Unión, medalla de plata de la Ciudad, su nombre en edificaciones. Junto a su guitarrista preferido. Antonio Fernández hizo su primera grabación discográfica en los estudios de grabación Belter de Madrid y después en los estudios de Hispavox con motivo del veinticinco aniversario del Festival Nacional del Cante de las Minas.

Hoy cantó la luna llena
Y le temblaba la voz
Con emoción y con pena
Porque ha muerto Pencho Cros
¡A gloria su copla suena!

“Letra de Enrique Hernández”

En su trono de La Unión
En una noche de farra
La minera se desgarra
Si la canta Encarnación
Con su pare a la guitarra.

“Letra de Jacinto López”

Autor: Rufo Martinez

lunes, 18 de enero de 2010

Con Motivo de Las Bodas de Oro del Festival Internacional del Cante de Las Minas

El Festival Internacional del Cante de las Minas, en honor de prestigio y dignidad, cual Corresponde a un acontecimiento Firmemente Institucionalizado en el alma popular de un pueblo, y por ello singularmente querido y deseado por el pueblo. Concurre Siempre Así cada año, nuestro Festival en el que vive y perdura, en Indiscutible Identificación de nuestro ser con la dilatada afición al Cante de las Minas.
 A la hora de categorizar nuestros cantes en la esfera de los valores culturales, siempre hemos venido insistiendo en la indol eminentemente cultural, Porque el cante es cultura, nuestro Festival y sus cantes mineros, en la variada y rica genealogía del flamenco, por una parte Constituyen los cantes mineros sustancial Dentro de nuestra cultura popular. Digo Cada copla, en su profundo intimismo lírico, en su extensa emoción dramática CONTEMPLA una explosión de sentimientos, pasiones y emociones que encuentra en la garganta del cantaor, su timbre, su tono, su cadencia y su modulación ADECUADAS siempre, para resolverse finalmente en ola o revuelo misterioso, sin que sepamos como_ Porque ni, cada copla digo es Capaz de condensar en sus cuatro o cinco versos, el diminuto retablo de unas pocas silabas, Pueden hacer todo un drama pasional ya veces desgarrador vivido en un momento exquisito en un Proceso de elaboración o de una Creación artística.
  El cante tiene su estética, su rito, y hasta su mística, También hay una mística en el cante, es arte puro y arte, y limpio Exento De Cualquier tipo de connotaciones peyorativas, su Condición de arte popular, no se le constriñe o lo limita , antes al contrario de lo ensancha o lo universalización.
 El cante flamenco, razón de ser de este Festival Internacional del Cante de las Minas, un Constituye Hecho cultural de primera magnitud y eso hay que proclamarlo así, frente a la Creencia contraria. La cultura, es algo que se contiene en el conjunto de conocimientos científicos, literarios y artísticos de un Pueblo. El flamenco es un arte llevado A su máxima calidad lírica, la cultura flamenca Refleja el conocimiento de un Pueblo a Través de esta clase de sentimientos poéticos. Y el Hecho de que representen una rama de la cultura popular, no es Disminuye Importancia, si no que al contrario la engrandece y la exalta.
 Por eso el cante flamenco, los representantes de las Naciones Unidas calor artístico incuestionable y además imposible de imitar, fuera de unos límites geográficos perfectamente delimitados Dentro de los Cuales Nos encontramos felizmente. Hay que acentuar y Fortalecer la alta cualificación que EN CUANTO A exponente de nuestra cultura Corresponde a nuestro Festival Internacional del Cante de las Minas.
 Por eso, la Semana Grande unionense, está Dedicada a Mantener siempre encendida la llama de la tradición de nuestros cantes mineros, ya esta se Debe Señalada Circunstancia que tengamos el placer y la alegría de gozar de nuestros visitantes y aficionados.

En la terrera encontré
Unas monedas de Oro
Al recogerlas pensé
Que mi vida era un tesoro
Que yo en la mina enterré.

Autor Rufo Martínez Cobacho

lunes, 11 de enero de 2010

A Maria Cegarra Salcedo, Letras de Cante


Canto a María Cegarra.

El canto de una Cigarra
En la Mina ya se canta,
Y su cante se desgarra,
Sea minera o sea Taranta
Memoria de María Cegarra.

Si a fuerza de preguntarte,
Terminar tu silencio pudiera,
Y no pudiendo derribarte,
Como perderte temiera,
Con tu calor palpitante.

Abro puertas y ventanas,
Al viento dando paso,
Veo las desnudas montañas,
Siento inquietud de regreso,
Y despierto por las mañanas.

Siendo tú, quien me esperaba,
Yo te recuerdo con gozo,
Cuando de ti me apartaba,
Como la boca de un pozo,
Siempre en ti me reflejaba.

Autor: Rufo Martínez Cobacho

Baile por Alegrias_Silvia Lozano Cervera Festival Cante de las Minas

El Silencio de un Minero


“El Silencio de un Minero”
Entre alzabaras y chumberas
El camino se ilumina,
Entre Payos y Gitanos,
Que llegaron de “Graná”,
Ellos la tierra minaron,
En sus galerías entraron
Sin darse ellos ni cuenta,
En esta sierra minera,
De La Unión y Cartagena,
Ellos gritaban cantando,
“pa” que el mundo los quisiera,
Con el cante de la mina,
A través de los años,
La vida lo engrandecía,
Me parece que lo veo,
En su calle de San Blas,
Cantándole a su Cristo,
Alguna saeta nueva,
Para poderlo recordar,
As de escuchar su Cante,
Y con él poderte deleitar,
Pero al final de su vida,
Ya cantaba sin poder,
Y su Cristo lo esperaba,
Y lo sabia comprender.
Autor: Rufo Martínez Cobacho

Serranas Canta-Manuel Sánchez Arroyito

Baile por Soleá-Tatiana Garrido Guardia y su grupo 2ª parte.

Baile por Soleá-Tatiana Garrido Guardia y su grupo 1ª parte.

miércoles, 6 de enero de 2010

Baile por Alegrias-Baila Maria Encarnación López Luque.Festival Cante de las Minas 2009

LA UNIÓN ATRAVES DE SU HISTORIA


La Unión a Través de su Historia
La explotación minera de nuestra sierra minera, a partir de sus extraordinarias condiciones naturales, data de tiempos prehistóricos. El poblado ibero romano con el asentamiento de Mina Balsa, con su Atalaya y el poblado ibero romano del Cabezo Agudo, (“Iluro”) fue uno de los primeros establecimientos fundados con este interés. En tiempos de Roma, trabajaron en la sierra minera miles de esclavos con un producto diario de 20.000 dracmas.
La villa Romana en La Bahía de Portmán, antiguo “Por tus Mágnum” testimonia el pasado auge, que posteriormente, la actividad minera decrece hasta desaparecer. Con el descubrimiento de los alumbres en la zona, renace la actividad extractiva.
El Rey Carlos I otorga su explotación a su secretario Francisco de los Cobos. Es entonces cuando crece el caserío de los alumbres. El aprovechamiento del alumbre y de la almagra (hasta el siglo XVIII) no vasta para extender el poblamiento. De ahí que los poblados de Alumbres, Pozo Algar, Portmán, El Garbanzal, y Los Roches, serviría para lograr que subsistieran fundamentalmente sus pobladores, de la pobre explotación de sus campos, ganaderías, y montes.
Tras siglos de abandono, el General Requena reanudara el laboreo del mineral en el Cabezo Rajao. Se había desatado la fiebre minera, en la búsqueda, y explotación del sulfuro de plomo, de plata, y del zinc y las minas de hierro, en (1839). Con la minería subterránea nace la industria metalúrgica: se instalan las primeras fundiciones. La primera fábrica fue la llamada La Esperanza en (1840). Después le sigue Iluro Roma…todas aún con el primitivo horno Castellano.
El laboreo del mineral y la fundición eran actividades fundamentales. La población creció sobre todo, por la llegada de inmigrantes en su mayoría almerienses y crean un fenómeno de “contagio social”. En 1847 la diputación del El Garbanzal, Portmán, Los Roches y las Herrerías contaban con 1384 habitantes. En 1859 eran 5000 mil, y en 1860, 8000 mil. Fue cuando los vecinos de las mencionadas diputaciones obtienen la segregación de la Ciudad de Cartagena. El primer día 1 de enero del año 1860 queda constituido el primer Ayuntamiento en La Villa de El Garbanzal, con sede en aquel caserío. En octubre de 1862, la Reina Isabel II visita por primera vez, La Sierra Minera de Cartagena-La Unión, descendiendo hasta el interior de una mina.
Posteriormente el General Milán del Bosch en (1868), pone fin a las disputas entre El Garbanzal, y Las Herrerías, por la capitalidad del municipio, constituyéndose el Ayuntamiento de La Unión. La inestabilidad social y política nacional prende en el espacio minero. El verano de 1873 conocerá la implantación de una junta revolucionaría cantonal en La Unión.
Al tiempo se desatan con violencia las tensiones sociales promovidas por las durísimas condiciones del trabajo. Los desórdenes hacen descender la producción minera. La crisis de la minería tradicional resulta imparable a partir de la primera guerra mundial.
La línea del ferrocarril Cartagena-Las Herrerías retrasó su posterior
Inauguración hasta 1874. Había sido construida por la compañía inglesa “The Carthagena and Herrerías stean trailways company limited”.
En el trágico verano de 1885, la epidemia de cólera causó varios cientos de victimas en el municipio, el Hospital Municipal, llamado Hospital de Sangre, ubicado en la plaza del mismo nombre, hoy la plaza hay construido el Hotel Sierra Mar, el Hospital había abierto unos años antes en 1878 se mostró insuficiente para atender a los afectados por tal epidemia.
Con la caída de los precios del mineral en los mercados de minerales y a causa de los deficientes sistemas de explotación se había iniciado hacia 1877 un largo periodo de crisis que frenó el crecimiento, cuando la población de La Unión se elevaba a 22.000 habitantes. Cuando la crisis persistiría hasta los años de 1890. La recuperación arranca a finales de siglo, apoyada en el laboreo de la blenda y alcanza a los primeros años de la nueva centuria. Es el gran momento de La Unión. Por Real decreto, en 1894, La Unión recibe el titulo de Ciudad. Nuevas oleadas de inmigrantes elevan a 35.000 el número de habitantes hacia 1908. Es tiempo de importantes obras y reformas urbanísticas. Nuevos edificios adornan La Ciudad: el Templo de Ntra. Sra. Del Rosario, la casa de Joaquín Peñalver, la casa (El Piñón), el Mercado Publico, (obra de los arquitectos modernistas Cerdán y Beltri.
Las principales transformaciones de esta ciudad, son promovidas por el alcalde D. Jacinto Conesa García, el Colegio-Asilo de Huérfanos de Mineros, El Liceo de Obreros, el Asilo de Ancianos, la Cocina Económica, completan algunas de las instituciones benéficas fundadas entonces.
Los bajos salarios, y los elevados impuestos, con los injustos sistemas de pago son los que promueven las violentas agitaciones obreras del 4 de mayo de 1898 y del 7 de marzo de 1916. La represión se cobraría varias víctimas mortales. La crisis minera se manifiesta irrefrenable con la primera guerra mundial. La mejora económica surge después en la década de los cuarenta y los años cincuenta del siglo XX, parte de la modernización de los métodos de explotación: con el sistema de flotación diferencial y la excavación de canteras a cielo abierto, con la consiguiente mejora de la calidad de vida.
En la actualidad la actividad minera en la ciudad de La Unión está desaparecida dando paso al sector turístico.
Ser de una Ciudad como La Unión, es sentirse orgulloso, de una Ciudad que ha sabido proyectase aunque haya sido con el cante flamenco. Porque el cante está enraizado dentro de la historia de La Unión.

Desde el tercer tercio del siglo XIX fue cuando se instalaron los Cafés Cantantes. Habría que explicar los orígenes del cante flamenco en La Unión, a través de la inmigración de grandes oleadas de trabajadores andaluces principalmente llagados de Almería, y Granada, a mediados del siglo XIX y el XX a trabajar en la mina.
Ellos nos depositaron su cultura, y La Unión la ha cuidado y la ha desarrollado. Esta tradición cultural aunque acabe la mina no se perderá.
Porque el cante de las Minas, lo podríamos comparar con el cante de la toná, la Carcelera, o la Siguiriya, por ser un cante de esclavitud, de presidiario un cante serio, riguroso, y trascendental como la vida misma, el cante era posiblemente, una forma de expresarse en estado turbulento, el cante en secreto, un cante auto creándose su estructura. Aquella estructura podía ser, la forma acabada, del dolor ensangrentado del sufrimiento. Según Luís Caballero Polo. El Cante flamenco es el desahogo de un ahogo, es una necesidad que el hombre siente, una exigencia de espontaneidad. Sobre todo su sensibilidad, una forma cuya importancia radica en hacerse entender por la gente.
Si la música de jazz nace de la esclavitud, el cante flamenco también, y sobre todo el Flamenco de los Cantes de Levante. La Minera es un buen ejemplo para saber de esclavitud, cantada en el fondo de la mina, en la boca mina, y en los subterráneos de sus galerías, mientras sacaban el mineral de las profundas galerías, los mineros empujándole al vagón.

Escrito:Rufo Martínez Cobacho

Conmemoración del 50 Aniversario del Festival Internacional del Cante de las Minas


Foto:Julio Garcia Cegarra,Esteban Bernal,Francisco Beranbe y Antonio Fernández
Queridos amigos del flamenco, una vez más nos vemos inmersos en esta magia alucinante que es la aventura de nuestro pueblo y de nuestro Festival Nacional del Cante de las Minas, por lo sentido, y por lo deseado. El Festival del Cante de las Minas tiene para nosotros, el significado, mejor dicho, no tiene el significado de una celebración que se repite, año tras año, y que se resume en el ritual de la vocación de unos recuerdos, que una vez removidos, se olvidan y atesoran celosamente, la próxima celebración, de los cantes mineros que aun están ahí vivos con frescura de actualidad, y no solo como ingrediente sustantivo de una entrañable tradición, que está, en la raíz misma de nuestra cultura, y de nuestra tradición, sino que además representan la verificación de uno de los aspectos más fundamentales de nuestra singularidad regional.
No somos, no queremos ser, en ningún modo meros repetidores en la uniformidad, porque consideramos que la repetición y la uniformidad son manifestaciones de incultura, y de decadencia, y atentan a la renovación vital del progreso, en la pluralidad y en la diversidad, se dan las condiciones idóneas, para el nacimiento y multiplicación de nuevas energías, y estímulos supera dores, que mantienen día a día la cultura, y el progreso, en la medida en que la sociedad en constante proceso de renovación demanda.
Amamos nuestra tradición, la llevamos en la sangre, porque en esta tierra de minería milenaria, todos somos mineros, aquí se nace minero, y en esta tradición nos contemplamos, y en esta tradición nos reconocemos, de su esencia misma, extraemos el impulso vital y regenerador, con la sutil energía incitadora necesariamente concurrente a la creatividad, y que hace que en lo más intimo de nuestro espíritu. En cada uno de nuestros Festivales se vuelva una novedosa experiencia, un acontecimiento nuevo, con autentica recreación y regusto, y delectación de una emoción nueva, idéntica y diferente al mismo tiempo, a la de ayer.
La fecha que hoy 1 de enero de 2010 comienza la conmemoración, del Cincuenta Aniversario de nuestro Festival, que en estos gozosos momentos celebramos, es una fecha para nuestra jubilosa satisfacción, punto de referencia histórica, y a la vez de unas efemérides gratificantes y emotivas de amable y cautivadora recordación. La invariable sincronía del tiempo, ha hecho posible por esta vez, la venturosa convergencia en armónica y concordancia de dos fechas inolvidables y muy transcendentales de la crónica unionense, las bodas de Oro de nuestro Festival Internacional del Cante de las Minas y el ciento cincuenta aniversario del nacimiento de nuestra ciudad como entidad territorial, política y administrativa con la fundación de su primer ayuntamiento en el barrio del Garbanzal. Que la sazón contaba con una población de ocho mil habitantes, era el año de 1860, una fecha simbólica para poner la primera piedra colocada en nuestro cimiento histórico.
Escrito: Rufo Martínez Cobacho

LAS BODAS DE ORO DEL FESTIVAL INTERNACIONAL DEL CANTE DE LAS MINAS



Medio siglo, si es motivo de celebración. Y más si los 50 años que se cumplen, son los de un Festival del Cante de las Minas, que empezó de la nada, para proyectarse al mundo, situándose como uno de los más importantes de nuestro país. Un aniversario especial, que se ha decidido conmemorar con diferentes y variados actos, entre los que se encuentran el estreno de nuevas obras, con Perspectivas Coreográficas Europeas, en este caso, contando con El Conservatorio de Danza Carmen Amaya de Madrid. A los adultos les gusta el Cante Flamenco, pero a buena cantidad de jóvenes de hoy también, porque el Festival Internacional del Cante de las Minas, no es solo Cante, es Toque, es Baile, conjuntado de la mejor coreografía que se puede ver en la Capital de Provincia, más importante del mundo.
Los marcos históricos resultan pues, tan diversos, y la maestría narrativa de este joven escritor, para que pueda demostrar en esta obra que, por fortuna, convierte el conjunto de cosas, en lectura más recomendable. Sin duda, sin el magisterio de Borges, lo cual se perciben sin destellos de pedantería. El mundo del arte, más que otra cosa, el mundo del cante flamenco, es el que nos transmite el eco, sin perderse la fuente de inspiración de cada cantaor, de cada guitarrista, o de cada Bailaor, unos, porque sirve para apreciar el delicado mecanismo de relojería de cada obra o de cada relato, y su capacidad de fecundar.
Porque constituye una esencia en su conjunto, que son los ambientes captados con un lenguaje conciso, donde las palabras, en diálogos coloquiales, y plenos de flamenquismo, en rápidas descripciones. Con el paso de la realidad a la ficción. La realidad, solo tiene una lógica en el motivo de inspiración con la reproducción de los cantes flamencos.
El cantaor tiene su marcha marcada en la ejecución de los cantes flamencos y de los cantes de Levante. El trazado de este rumbo, lo hace con una clara simetría en la explicación, pues unos y otros han sacado lo mejor, y lo peor de sí mismos, y no hay heroísmo posible entre pueblos hermanos, con el resultado de que los que pierden son siempre los mismos. En la búsqueda de la palabra, pero la arrastra y la implica en el silencio, que es lo que hay que escuchar.
El dominio de la razón a lo largo de esta obra, es como una vía necesaria, para vencer por la inteligencia, de cuanto esta gastando en la lírica. Las palabras son también hechos, las que van marcando hitos de una esencialización vigorizante, intensificando su trama de lucidez.
Pero la lucidez del cantaor se dirige en primer lugar hacia el hombre, y lo que en su creación busca en su Cante, que es la perfecta forma de la interpretación, es decir, todo lo que no admite desarrollo, porque, en realidad, él lo elabora y lo cumplimenta, y todo lo abarca, delante de todo el público, que es quien, en definitiva el que lo goza con mayor relevancia, receptividad, y prestigio.

Escrito: Rufo Martínez Cobacho