lunes, 6 de febrero de 2012

Soleá por Bulerías Canta CAMARON con Tomatito en Directo Inedito Festival del Cante de las Minas 1989

Como España vivía los años del desarrollo, los reservados de Villa Rosa que describe Arturo Barea en la “Forja de un rebelde”, los de aquellas juergas flamencas Jerezanas del General Primo de Rivera, se habían hecho mayores. Ahora eran las salas las que Vivian de los trasnochadores, y de los turistas ricos americanos que paraban en el Castellana Milton y los inevitables y perennes señoriítos tarambanas. Allí empezó a trabajar. José Monje Cruz Camarón de la Isla, en uno de aquellos tablaos restaurantes de Madrid. Debió de ser terrible, según lo cuenta Curro Romero. Estaba el cantaor en el tercio supremo de una soleá mientras los turistas le prestaban mucha atención… al segundo plato del menú de la cena española. Y luego, rompiéndose en el quejío de la siguiriya, a su voz se unía la del camarero: --¡que sean dos güisquis más! Si le daban a Camarón de La Isla, quinientas pesetas por noche, para Camarón de la Isla, muchas pesetas eran. Ganaba apenas para pagar la pensión y para mandar unas pesetillas a su familia en San Fernando. Con mucho esfuerzo. Con muy poco respeto a su arte. Menos mal que por allí por el tablao aparecía muchas noches Curro Romero. Que esperaba que acabara el espectáculo (nunca mejor dicho lo de espectáculo, (que espectáculo) y se llevaba a su amigo.

Alegrias Canta Camarón de La Isla Directo Inedito Con Tomatito 1989

A Camarón de La Isla: José Monje Cruz, nació el 5 de diciembre de 1950 en San Fernando (Cádiz) y murió en Hospitales de Llobregat (Barcelona) el 2 de julio de 1992, con el sobre nombre artístico de Camarón de la Isla. Mamó el cante desde su nacimiento o mucho antes. Fue el segundo de ocho hijos, criado al calor de la fragua y al compás de su gente canastera. Nació un niño prodigio de su tiempo, su primera escuela la haya en la venta de Vargas Hablar de Camarón, es hablar del cantaor por excelencia del cante flamenco de las dos últimas décadas del siglo de Oro del cante. Camarón ha escrito las mejores páginas de la historia del cante flamenco junto a Antonio Mairena, Manolo Caracol, Pepe Marchena o Juan Valderrama. Todos hicieron exactamente lo mismo: innovar, crear, inventar ámbitos de libertad para el cante flamenco. Camarón volvió loco a los cantaores de su época, como Paco de Lucia volvió locos a los guitarristas. Todos van por la rodada de su carro. Es exactamente lo que ocurrió con Pepe Marchena antes, durante y después de la guerra civil. Pepe Marchena volvió locos a todos los cantaores, como Don. Ramón Montoya, Sabicas y El Niño Ricardo habían vuelto locos a todos los guitarristas. Aquellos duros años de los jornaleros andaluces del Cante, que en tiempos de la emigración española a Alemania, muchos se habían tenido que ir a ganarse la vida en los tablaos flamencos de Madrid. Llevaban apuntada en una libreta la dirección de una oscura pensión madrileña donde les esperaba un primo o un amigo, que les había buscado entrar de cantaores en el cuadro flamenco de la sala de fiestas “Las Brujas”, de “Torre Bermejas”, o en el mejor de los casos en la sala “Los Canasteros”, que regentaba Manolo Caracol, que había abierto en la calle Barbieri.