sábado, 17 de abril de 2010

El Gran Teatro ovaciona a Argentina en el estreno de 'Las minas de Egipto'



En la imagen, un instante de la actuación de Argentina, anoche en el Gran Teatro de Huelva.
El Gran Teatro ovaciona a Argentina en el estreno de 'Las minas de Egipto'
Una heterogénea orquesta y dos bailaores arropan a la cantaora onubense en su consolidación artística ante los espectadores de Huelva · La segunda parte del concierto explota su parte más juvenil y moderna

Raquel Rendón / Huelva
Era una auténtica prueba de fuego para ella, el estreno mundial de su segundo trabajo discográfico, ése que nunca pensó que llegaría por la dificultad que supone para una joven de 25 años iniciar una sólida andadura por el hermético mundo del flamenco.

Argentina se subió anoche a las tablas del Gran Teatro de Huelva para cantarle a su gente, para ofrecerle la evolución de su voz, más madura y controlada ahora, y regalarle todo el oro de Las minas de Egipto -un disco "más flamenco que el anterior", según sus propias palabras, con temas que combinan el flamenco más clásico con los nuevos aires del siglo XXI-.

Tangos, bulerías, alegrías, rumbas, fandangos de Huelva, una soleá, una malagueña, media granaína y hasta una nana fueron seduciendo, hipnotizando casi, al público de la bombonera.

Fiel reflejo de la heterogeneidad de su segundo trabajo de estudio fue el concierto de ayer. La primera parte del recital fue, sin duda, la más flamenca. Quiso Argentina dar así un vuelco a lo que había venido haciendo en la gira precedente, donde los fandangos de Huelva cerraban el espectáculo. Esta vez el purismo fue el protagonista del principio del comienzo de una carrera plagada de éxitos.

Tras un breve descanso, la cantaora onubense se cambió de look para la ocasión y vivió una auténtica fiesta sobre el escenario acompañada por una gran orquesta en la que los metales, el piano y el bajo fueron elementos imprescindibles.

Los palmeros se arrancaron a bailar en numerosas ocasiones durante el espectáculo y ella regaló a los asistentes una joya más de Las minas de Egipto: la balada Cada vez, obra de José Quevedo 'Bolita', productor de la artista, que pasó de ser un tango a canción ligera tras pasar por las manos del músico cubano José Mestre.

El éxito fue rotundo. Los espectadores del Gran Teatro se entregaron a la cantaora: corearon con ella las canciones de su anterior disco, Argentina (2006), guardaron silencio para disfrutar su voz y le otorgaron una extensa ovación que puso el colofón final a una noche mágica que augura, sin duda, una carrera extensa a una artista que ya tiene su espacio en el firmamento del flamenco.

Esta cronica es recogida de Huelvainformación.es

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