Rocío Márquez, cantaora de flamenco. Entrevista
“Aportar algo nuevo al flamenco te puede llevar toda la vida, pero hay que intentarlo”
Silvia Calado. Jerez, marzo de 2009
Rocío Márquez está ‘Aquí y ahora’. La cantaora onubense se autorretrata tras ganar la preciada Lámpara Minera. Y no lo hace con un disco, sino con un audiovisual grabado sin cortes y sin público. El vídeo plasma la variedad de cantes que domina, todas sus influencias, su intención de crear sello propio y, sobre todo, su querencia por el cante. “Tengo claro que con lo que yo más siento en el escenario, con lo que más me identifico y el cante que más me transmite es el flamenco”, explica la joven artista... a día de hoy.
Rocío Márquez (Foto Luis Gaspar)
¿De dónde viene Rocío Márquez?
Nací en Huelva capital en el 85. Con nueve años me subí por primera vez a un escenario de una peña a cantar. Para mí fue muy decisivo estar estudiando en la Fundación Cristina Heeren, allí aprendí muchísimo. Tuve como maestros a José de la Tomasa, a Paco Taranto y a gente joven de la que también aprendí muchísimo como Sonia Miranda, Virginia Gámez, Vicente Gelo y Javi Rivera. Tenemos la idea de que hay que aprender de personas mayores, pero a mí estas personas me han enseñado muchísimo y sólo tenían unos pocos años más que yo. Les estoy muy agradecida.
A los tres o cuatro años empecé a presentarme a concursos. Y tuve la suerte de haber dado antes recitales. Me ayudó a coger tablas pero de una manera más tranquila que en un concurso, donde siempre estás más nerviosa. Los concursos han sido una buena experiencia, es verdad que he tenido mucha suerte. En todos los concursos a los que me he presentado me ha ido muy bien. Calasparra, Alhaurín de la Torre, Jumilla, Marchena... Ha sido una experiencia estupenda y ya lo último, que fue la ‘Lámpara Minera’ y tres primeros premios en La Unión, la verdad es que me están abriendo muchas puertas. Sin eso, es un poquillo más complicado.
¿Crees que es necesario ir avalado por algún premio para hacerte hueco en el mundo del cante?
Antes de tenerlo también hacía cositas, pero es verdad que las puertas que te abre un premio son difíciles de alcanzar sin ellos. Hay muchísima gente que canta, que está en activo y sí que, de algún modo, lo necesitas.
¿Cómo recuerdas la experiencia del Concurso de La Unión?
Maravillosa. De las cosas que yo digo que hay que vivirlas para poder explicarlas. Son emociones muy fuertes concentradas en muy poco tiempo. No te da tiempo a irlas asimilando. Recuerdo una entrevista que me hicieron el mismo día de ganar la Lámpara. Me preguntaron que cómo me sentía y es que aún no lo había asimilado. Pero es que, hoy por hoy, que ya han pasado unos cuantos meses, creo que tampoco. Es algo que se sueña, lo había visualizado y soñado millones de veces, pero hasta que no te nombran no te lo puedes creer. Cuando recuerdo aquel momento, aún se me ponen los vellos de punta. Fue algo muy bonito para mí.
¿Tener precedentes como Miguel Poveda o Mayte Martín es un peso?
Al revés. Eso anima. Saber que hay maestros como ellos que mira dónde están y tienen la Lámpara, anima mucho a esforzarte y a intentar dar lo mejor que tienes. Yo creo que cada cosa tiene su tiempo, esto es una carrera de fondo. Desde luego que me encanta vivir de esto y eso sí que quiero conseguirlo y me voy a esforzar por ello. Pero quiero que las cosas sucedan poquito a poco, que cuando no están bien los cimientos después se viene la casa abajo y yo no tengo intención de que me pase eso.
¿Qué referentes te influyen?
A mí me encanta la gente antigua cantando. Para estudiarlos, disfruto mucho escuchando a Vallejo, a Pastora, me gustan mucho Gabriel Moreno, Tomás. De los nuevos, creo que ahora mismo hay un ramillete para volverse loco, para escuchar un disco y otro y otro y volverlo a escuchar. Hay artistas completísimos, maravillosos y que consiguen transmitir cantidad de emociones. Escucharlos te hace sentirte feliz para no sé cuántas horas. Me encanta Poveda, lo tengo en un pedestal porque me parece un maestro, me encanta Mayte, Arcángel que es de mi tierra... Hay mucha gente joven pero también pienso que ya ellos tienen su personalidad y ahora los que intentamos salir adelante tenemos que sacar nuestra propia personalidad, no la que ellos ya han conseguido de una manera estupenda y los admiro. A mí me gusta escucharlos a ellos por disfrutar, para estudiar prefiero a los antiguos. Dentro de lo difícil que es no tener influencias de tus contemporáneos -a menos que estés en una burbuja es imposible-, hay que tratar de que no sea una copia porque ya ellos existen, tienen vida propia, son maravillosos. Hay que conseguir aportar algo nuevo al flamenco. Te puede llevar toda la vida, pero vale la pena intentarlo.
Rocío Márquez (Foto Luis Gaspar)
En el recital del Festival de Jerez 2009 apostaste por un repertorio variado. ¿Tienes predilección por algún cante en concreto?
A mí me gustan los recitales variados. En vez de llevarte media hora por soleá, pues llevarte cinco minutos y que en esos veinticinco restantes te dé tiempo a cantar otros. Prefiero la variedad, aunque si un día te sientes a gusto con un cante pues te extiendes Pero prefiero cantes más cortitos y una variedad mayor. Cualquiera tiene sus cantes con los que se siente más cómodo, pero también depende mucho del día, de cómo te levantes o lo que hayas vivido.
En entrevistas de hace algunos años, señalabas tu querencia por otros estilos musicales...
Yo la verdad es que he cantado de todo. Estuve cantando lírico, antes copla, un poco modernito... Hubo una época en que agachaba la cabecilla cuando me lo decían porque era como sí, lo hice, he sido yo. Pero ahora la verdad es que lo digo contenta porque gracias a haber probado todo eso, tengo claro que con lo que yo más siento en el escenario y con lo que más me identifico es con el flamenco. El cante que más me transmite es el flamenco. Admiro otros tipos de músicas, me encantan, pero hoy por hoy no me veo cantando algo que no sea flamenco. He caído ya.
¿Pero lo descartas?
Por eso el título del DVD es ‘Aquí y ahora’. Yo sé lo que pienso ahora mismo. Dentro de dos años no sé lo que voy a respirar, lo que habré vivido y cómo me habrá condicionado eso. Ahora mismo sé lo que siento hoy.
¿Qué ofrece ese DVD ‘Aquí y ahora’?
Creo que es una idea bastante bonita y que tiene bastante esencia grabar en directo sin cortar y sin público. También barajamos la posibilidad de hacerlo con público, pero nos parecía demasiado efectista. Yo quería hacer algo así, como saliera. Tiene su parte buena y su parte mala. A lo mejor cuando te escuchas ves cosas que en otro momento hubiera repetido o hubiera hecho mejor, pero entonces hubiera perdido el sentido que queríamos darle. Estoy bastante contenta con lo que hemos hecho.
¿Qué repertorio grabaste?
Hay temas míos. Me ha dado mucha alegría hacer temas compuestos por mí, la música y la letra. Son los tangos ‘Miro tus ojos’ y la canción ‘Como se pasa la vida’ que en principio iba por bulerías y después ya empecé a meter laúd, se me fue yendo la cabeza, se convirtió en canción y tiene muchos melismas árabes. La letra es una adaptación de Jorge Manrique, de ‘Coplas a la muerte de su padre’, en castellano antiguo. Es una historia bonita. Yo estoy muy contenta porque lo siento muy mío, quizás no sea una grabación comercial, pero sí es lo que yo ahora mismo siento y lo que puedo dar en un escenario, sin poner de más y sin quitar tampoco.
¿Qué acompañamiento llevas?
Hay guitarra, percusión, palmas y la canción va con laúd y percusión árabe, y yo toco la zanfoña. Fue gracioso porque intenté improvisar y salgo en el vídeo mirando a ver qué nota estaba dando. ¿Has estudiado música?
Sí, estuve en el conservatorio estudiando piano, lo dejé en grado medio. Y después he hecho Magisterio Musical. Me ha ayudado, sobre todo, a la hora de componer.
Aunque parezca una frivolidad, llama la atención el vestuario. ¿Crees que para una cantaora es importante la estética?
El arte entra por los cinco los sentidos. Vas a ver a alguien y te llega todo, la iluminación, el sonido y, por supuesto, cómo cantas, pero también la presentación, la manera de estar. Hay gente que a lo mejor no canta tanto, pero sólo por el saber estar te encanta ir a verlo. Y hay que jugar un poquito con eso. Mira, yo soñaba con llegar a la final de La Unión. Sabía que era difícil pero se lo decía a mi madre, que no había nada imposible. Era el primer año que me presentaba y la gente me decía que si no ganaba no me desanimara, que había muchos años. Y les respondía que no me pusieran el no por delante, que lo iba a intentar. Un día llamé a mi hermana para contarle que había visto un traje blanco precioso para la final. Y me dijo riéndose que vaya alegría, que no me habían ni llamado para las semifinales y ya estaba pensando en el traje de la final. Creo que es energía positiva, poder de la mente. Jajajaja.
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Rocío Márquez (Foto Luis Gaspar)
¿De dónde viene Rocío Márquez?
Nací en Huelva capital en el 85. Con nueve años me subí por primera vez a un escenario de una peña a cantar. Para mí fue muy decisivo estar estudiando en la Fundación Cristina Heeren, allí aprendí muchísimo. Tuve como maestros a José de la Tomasa, a Paco Taranto y a gente joven de la que también aprendí muchísimo como Sonia Miranda, Virginia Gámez, Vicente Gelo y Javi Rivera. Tenemos la idea de que hay que aprender de personas mayores, pero a mí estas personas me han enseñado muchísimo y sólo tenían unos pocos años más que yo. Les estoy muy agradecida.
A los tres o cuatro años empecé a presentarme a concursos. Y tuve la suerte de haber dado antes recitales. Me ayudó a coger tablas pero de una manera más tranquila que en un concurso, donde siempre estás más nerviosa. Los concursos han sido una buena experiencia, es verdad que he tenido mucha suerte. En todos los concursos a los que me he presentado me ha ido muy bien. Calasparra, Alhaurín de la Torre, Jumilla, Marchena... Ha sido una experiencia estupenda y ya lo último, que fue la ‘Lámpara Minera’ y tres primeros premios en La Unión, la verdad es que me están abriendo muchas puertas. Sin eso, es un poquillo más complicado.
¿Crees que es necesario ir avalado por algún premio para hacerte hueco en el mundo del cante?
Antes de tenerlo también hacía cositas, pero es verdad que las puertas que te abre un premio son difíciles de alcanzar sin ellos. Hay muchísima gente que canta, que está en activo y sí que, de algún modo, lo necesitas.
¿Cómo recuerdas la experiencia del Concurso de La Unión?
Maravillosa. De las cosas que yo digo que hay que vivirlas para poder explicarlas. Son emociones muy fuertes concentradas en muy poco tiempo. No te da tiempo a irlas asimilando. Recuerdo una entrevista que me hicieron el mismo día de ganar la Lámpara. Me preguntaron que cómo me sentía y es que aún no lo había asimilado. Pero es que, hoy por hoy, que ya han pasado unos cuantos meses, creo que tampoco. Es algo que se sueña, lo había visualizado y soñado millones de veces, pero hasta que no te nombran no te lo puedes creer. Cuando recuerdo aquel momento, aún se me ponen los vellos de punta. Fue algo muy bonito para mí.
¿Tener precedentes como Miguel Poveda o Mayte Martín es un peso?
Al revés. Eso anima. Saber que hay maestros como ellos que mira dónde están y tienen la Lámpara, anima mucho a esforzarte y a intentar dar lo mejor que tienes. Yo creo que cada cosa tiene su tiempo, esto es una carrera de fondo. Desde luego que me encanta vivir de esto y eso sí que quiero conseguirlo y me voy a esforzar por ello. Pero quiero que las cosas sucedan poquito a poco, que cuando no están bien los cimientos después se viene la casa abajo y yo no tengo intención de que me pase eso.
¿Qué referentes te influyen?
A mí me encanta la gente antigua cantando. Para estudiarlos, disfruto mucho escuchando a Vallejo, a Pastora, me gustan mucho Gabriel Moreno, Tomás. De los nuevos, creo que ahora mismo hay un ramillete para volverse loco, para escuchar un disco y otro y otro y volverlo a escuchar. Hay artistas completísimos, maravillosos y que consiguen transmitir cantidad de emociones. Escucharlos te hace sentirte feliz para no sé cuántas horas. Me encanta Poveda, lo tengo en un pedestal porque me parece un maestro, me encanta Mayte, Arcángel que es de mi tierra... Hay mucha gente joven pero también pienso que ya ellos tienen su personalidad y ahora los que intentamos salir adelante tenemos que sacar nuestra propia personalidad, no la que ellos ya han conseguido de una manera estupenda y los admiro. A mí me gusta escucharlos a ellos por disfrutar, para estudiar prefiero a los antiguos. Dentro de lo difícil que es no tener influencias de tus contemporáneos -a menos que estés en una burbuja es imposible-, hay que tratar de que no sea una copia porque ya ellos existen, tienen vida propia, son maravillosos. Hay que conseguir aportar algo nuevo al flamenco. Te puede llevar toda la vida, pero vale la pena intentarlo.
Rocío Márquez (Foto Luis Gaspar)
En el recital del Festival de Jerez 2009 apostaste por un repertorio variado. ¿Tienes predilección por algún cante en concreto?
A mí me gustan los recitales variados. En vez de llevarte media hora por soleá, pues llevarte cinco minutos y que en esos veinticinco restantes te dé tiempo a cantar otros. Prefiero la variedad, aunque si un día te sientes a gusto con un cante pues te extiendes Pero prefiero cantes más cortitos y una variedad mayor. Cualquiera tiene sus cantes con los que se siente más cómodo, pero también depende mucho del día, de cómo te levantes o lo que hayas vivido.
En entrevistas de hace algunos años, señalabas tu querencia por otros estilos musicales...
Yo la verdad es que he cantado de todo. Estuve cantando lírico, antes copla, un poco modernito... Hubo una época en que agachaba la cabecilla cuando me lo decían porque era como sí, lo hice, he sido yo. Pero ahora la verdad es que lo digo contenta porque gracias a haber probado todo eso, tengo claro que con lo que yo más siento en el escenario y con lo que más me identifico es con el flamenco. El cante que más me transmite es el flamenco. Admiro otros tipos de músicas, me encantan, pero hoy por hoy no me veo cantando algo que no sea flamenco. He caído ya.
¿Pero lo descartas?
Por eso el título del DVD es ‘Aquí y ahora’. Yo sé lo que pienso ahora mismo. Dentro de dos años no sé lo que voy a respirar, lo que habré vivido y cómo me habrá condicionado eso. Ahora mismo sé lo que siento hoy.
¿Qué ofrece ese DVD ‘Aquí y ahora’?
Creo que es una idea bastante bonita y que tiene bastante esencia grabar en directo sin cortar y sin público. También barajamos la posibilidad de hacerlo con público, pero nos parecía demasiado efectista. Yo quería hacer algo así, como saliera. Tiene su parte buena y su parte mala. A lo mejor cuando te escuchas ves cosas que en otro momento hubiera repetido o hubiera hecho mejor, pero entonces hubiera perdido el sentido que queríamos darle. Estoy bastante contenta con lo que hemos hecho.
¿Qué repertorio grabaste?
Hay temas míos. Me ha dado mucha alegría hacer temas compuestos por mí, la música y la letra. Son los tangos ‘Miro tus ojos’ y la canción ‘Como se pasa la vida’ que en principio iba por bulerías y después ya empecé a meter laúd, se me fue yendo la cabeza, se convirtió en canción y tiene muchos melismas árabes. La letra es una adaptación de Jorge Manrique, de ‘Coplas a la muerte de su padre’, en castellano antiguo. Es una historia bonita. Yo estoy muy contenta porque lo siento muy mío, quizás no sea una grabación comercial, pero sí es lo que yo ahora mismo siento y lo que puedo dar en un escenario, sin poner de más y sin quitar tampoco.
¿Qué acompañamiento llevas?
Hay guitarra, percusión, palmas y la canción va con laúd y percusión árabe, y yo toco la zanfoña. Fue gracioso porque intenté improvisar y salgo en el vídeo mirando a ver qué nota estaba dando. ¿Has estudiado música?
Sí, estuve en el conservatorio estudiando piano, lo dejé en grado medio. Y después he hecho Magisterio Musical. Me ha ayudado, sobre todo, a la hora de componer.
Aunque parezca una frivolidad, llama la atención el vestuario. ¿Crees que para una cantaora es importante la estética?
El arte entra por los cinco los sentidos. Vas a ver a alguien y te llega todo, la iluminación, el sonido y, por supuesto, cómo cantas, pero también la presentación, la manera de estar. Hay gente que a lo mejor no canta tanto, pero sólo por el saber estar te encanta ir a verlo. Y hay que jugar un poquito con eso. Mira, yo soñaba con llegar a la final de La Unión. Sabía que era difícil pero se lo decía a mi madre, que no había nada imposible. Era el primer año que me presentaba y la gente me decía que si no ganaba no me desanimara, que había muchos años. Y les respondía que no me pusieran el no por delante, que lo iba a intentar. Un día llamé a mi hermana para contarle que había visto un traje blanco precioso para la final. Y me dijo riéndose que vaya alegría, que no me habían ni llamado para las semifinales y ya estaba pensando en el traje de la final. Creo que es energía positiva, poder de la mente. Jajajaja.
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