En una cárcel de Alicante,
Fue expresando su deseo,
Tan cabrero y estudiante
Muerto como un fariseo.
Con toda su vida por delante.
Que llama Miguel Hernández,
El poeta de Orihuela y Alicante
Para reivindicar su memoria.
Con toda una vida por delante,
A un personaje de la Historia.
Es mi lengua lenta y larga,
Como dulces granos de arena
Ya no puedo con esta carga,
Porque quiero contar mi pena
Y la tristeza a mí me embarga.
Ayer tarde me escribiste
Con metal triste y sonoro
Siento que estés aun triste
Puedes pisar mi corazón duro
Pero al fin no podré vencerte.
Detener la miel en los pezones
De maternos manantiales
Como si tu sangre fueran terrones
Recorrida por caudales
De mis peligrosas tentaciones.
Muerte, cariño y pena
En una pugna competencia
Vidrio surco y arena
Mi atención, de existencia,
En el penal de Cartagena.
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